Zeus observa alarmado que los hombres se pelean y amenazan con destruirse unos a otros. Para evitarlo, recurre a Hermes y lo envía también a la tierra con un mandato, que distribuya entre los humanos "el sentido moral y la justicia" (aidós y diké). Ante la pregunta de Hermes en busca de precisión, ¿cómo debo hacer el reparto? La respuesta de Zeus, en el relato platónico, es inequívoca. A todos, dijo Zeus, y que todos sean partícipes. Pues no habría ciudades, si solo algunos de ellos participaran,como de los otros conocimientos. Además, impón una ley de mi parte, que al incapaz de participar del honor y la justicia lo eliminen como a una enfermedad de la ciudad.
Zeus le ordena a Hermes que no exceptúe a nadie en el reparto de las virtudes, pues la virtud deben adquirirla todos por igual si pretenden formar parte de la ciudad. Las bases de la moral son universales, pues se reducen a esas dos virtudes, sentido moral y justicia, que todos deben adquirir. Hermes reparte el sentido de la moralidad y la justicia, pero ese sentido hay que seguir cultivándolo para que produzca efecto y forme el carácter. La moral no es innata, no viene dada, sino que exige voluntad y esfuerzo. Por eso hay que vincularla a la educación.
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