jueves, 6 de enero de 2022

Sobre la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos


*Mucho antes de que España intentase expulsar a sus judíos, y aún antes de que hubiera apreciables demostraciones antijudías, otros países, particularmente Inglaterra (1290) y Francia (1306), habían ya seguido tal camino. Esta persecución había empezado a ser fenómeno común y popular en Europa, y a ello debe agregarse y tenerse en cuenta el hecho de que el poder judío, su influencia y su número, eran en España, durante la Edad Media, muy superiores a los de cualquiera otra parte del continente. Durante los siglos medievales, los judíos residentes en la Península alcanzaron un nivel cultural, una prosperidad material y una influencia política, económica y religiosa, muy superiores, y que jamás podrían compararse a sus posibilidades de haberlos logrado en cualquier otra región de Europa. Escritores judíos, tales como Cecil Roth y el influyente y abiertamente hispanofóbico Heinrich Graetz, exaltan con orgullo el singular poderío y prosperidad de su raza en la España de entonces. Otros muchos escritores, desde entonces hasta ahora, han dado testimonio de este hecho histórico.


Después de la expulsión por los Reyes Católicos, muchos judíos continuaron viviendo en España y sus dominios, bien como auténticos cristianos o como cripto-judíos. Estos llamados conversos, alcanzaron posiciones de importancia hasta cerca del mismo trono; se ocuparon de asuntos comerciales y financieros; y fueron hasta miembros de la Inquisición, tratantes de esclavos, sacerdotes, etc.. Es un grave error ignorar esta continuidad hebrea en España, pues esta significativa característica de la historia española es, a menudo, ignorada en aras de concentrar la atención sobre las más sensacionales historias de torturas inquisitoriales o expulsiones en masa.Louis Israel Newman, en su obra Jewish Influence…, muestra la labor hebrea en este aspecto, que ciertamente inquietaría a la piadosa Isabel: "los apóstatas y Marranos, solapadamente judaizaron las doctrinas de la Iglesia desde dentro”. Los monarcas medievales, luego Fernando e Isabel y aún algunos reyes posteriores, dieron muy claras pruebas de su favoritismo hacia los judíos y conversos, incluso cuando el cristianismo de los últimos era sospechoso.


La Inquisición que Isabel estableció en Castilla en 1480, a pesar de todas las críticas contra dicha institución, pareció ser una necesaria y acertada solución, aunque la soberana la hubiese de establecer con repugnancia. Cualquier otro monarca en la Europa de aquel tiempo, enfrentado con similares condiciones, hubiera utilizado medidas mucho más duras. La Inquisición castellana, tuvo entre sus objetivos eliminar la posibilidad o probabilidad de un estado judío dentro del Estado y, en este aspecto, la Inquisición fue un brazo de la monarquía y una defensa contra la traición.
* Fuente:Árbol de odio de Philip Wayne Powell


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