La clase media ha sufrido un castigo feroz. Se ha llegado a hablar de su desaparición. Millones de ciudadanos han sido expulsados de esa categoría social. En cambio, las grandes fortunas siguen acumulando riqueza. Han experimentado grandes subidas los salarios de los grandes ejecutivos de las empresas del Ibex 35, mientras que se congelan o se rebajaban los salarios de los trabajadores. Se alumbra una nueva clase social que se ha bautizado como “el precariado”, en la que han ingresado todos los precarios; los contratados temporales, los contratados a tiempo parcial, los contratados por días u horas, los que cobran menos del salario mínimo, los pensionistas que han cotizado a la Seguridad Social como autónomos…, todos aquellos que justifican la razón de los sindicatos cuando aseguran que trabajar en estos tiempos no significa salir de la pobreza. Y se manifiesta que la próxima generación vivirá peor que sus padres, una visión del porvenir que nunca antes se había percibido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario