Beato Tomás de Kempis |
El éxito del libro de devoción y ascética católico la Imitación de Cristo, escrito por Tomás de Kempis, demuestra que pervivía en Occidente un deseo por el ideal cristiano, hecho de pobreza, devoción y piedad personal. El historiador Émile-Guillaume Léonard cree que la reforma luterana surgió de la piedad católica de los siglos XIV y XV, pero también cree que es cierto todo cuanto se refiere a la reforma tridentina (es decir, la definida en el Concilio de Trento). De ahí vemos la necesidad de corregir las ideas, admitidas durante demasiado tiempo, de la decadencia de la Iglesia en los siglos XIV y XV, dice el historiador francés especialista en cristianismo Jean Delumeau.
Delumeau escribe que en la Iglesia de Occidente existía un bloqueo en la cumbre que no se superará sino después del Concilio de Trento. Sin embargo, en la base, se reformaban muchas órdenes religiosas y surgían otras nuevas. Los capuchinos, las ursulinas, los teatinos y los jesuitas son anteriores al inicio del Concilio. Tras el descubrimiento de América se llevó a cabo en el Nuevo Continente un gran esfuerzo misionero. El apostolado de San Francisco Javier en la India y en el Japón se sitúa con anterioridad a la auténtica reorganización de la Iglesia romana.
Concilio de Trento |
Los historiadores polacos que han estudiado los siglos XIV y XV sostienen, de modo unánime, que se trata de una época de gran desarrollo de la Iglesia en su país, con acusada proliferación de las parroquias. Al mismo tiempo, más hacia el oeste, se ve, a nivel de la vida religiosa cotidiana, una multiplicación de los templos, las capillas, las imágenes, los retablos; como asimismo se desarrollan las cofradías y nacen las capillas de cantores, los belenes; como se manifiesta la popular devoción hacia el Niño Jesús, la Virgen, el Cristo crucificado.
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