Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, los Estados Unidos reelaboraron una doctrina, denominada guerra preventiva, y ha servido de sustento para invadir a Irak y mantener una tensa situación con Irán. Es necesario hacer una precisión conceptual; si bien la administración Bush se refiere a preemptive war, el contenido que se le asigna a esta expresión no es el mismo que la doctrina anglosajona le ha dado tradicionalmente. Para la doctrina anglosajona preemption consiste en golpear al enemigo mientras prepara el ataque (striking an enemy as it prepares an atack) diferente a prevention, que significa golpear al enemigo incluso en ausencia de evidencia específica de un ataque próximo (striking an enemy even in the absence of specific evidence of a coming attack).
Sin embargo la doctrina Bush de la guerra preventiva, si tiene un trasfondo de contenido moral; se califica a Irak, Irán y Corea del Norte como países que pertenecen al “eje del mal”. Los Estados Unidos formulan así su estrategia de seguridad nacional con base en un sentimiento de superioridad moral que recuerda la doctrina tomista de la
guerra justa. De la misma manera que para Sto. Tomás la competencia para declarar la guerra recaía en el Príncipe, para la administración Bush, la utilización de la fuerza se llevará a cabo de manera unilateral si es necesario y sin el apoyo de la comunidad internacional. La doctrina tomista, exige una justa causa para declarar la guerra, entendiendo por ésta, una injuria o injusticia del adversario. Para la administración Bush, los atentados del 11 de septiembre constituyeron una auténtica ofensa contra el pueblo estadounidense que debe ser reivindicada.
Bush |
Francisco de Vitoria. |
Francisco de Vitoria legitima la guerra en cuanto medio coercitivo para eliminar del mundo la maldad y la injusticia. Siguiendo a San Agustín y a Santo Tomás, el teólogo español sostiene que es permitido a los cristianos el ejercicio de las armas. Para él, el Génesis y la historia del rey David enseñan que es lícito hacer la guerra contra el mal.
De todas formas siembre hay que recordar la famosa frase de Bismarck: “La guerra preventiva es como suicidarse por miedo a la muerte”.
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