Birdwhistell, un pionero de la comunicación no verbal, que fundó la cinésica como un campo de investigación y estudio, se interesó en los movimientos corporales en 1946, mientras estaba estudiando antropología en el Oeste de Canadá, y vivía entre los indios Kutenai. Notó entonces que los aborígenes actuaban en forma diferente al hablar su propio idioma, que al hacerlo en inglés. Variaban la forma de sonreír, los movimientos de cabeza, de cejas y todo en general. “Fue algo que me obsesionó después que dejé el lugar”, dice.
Las personas son bilingües tanto en los movimientos corporales como en el lenguaje hablado. Existen películas que muestran al famoso alcalde de Nueva York, Fiorello La Guardia, pronunciando discursos políticos en inglés, en iddish o en italiano. Sin sonido puede diferenciarse fácilmente por los gestos en qué lengua se está expresando. Un francés no sólo habla el idioma, sino que gesticula como tal. Un norteamericano lo hace en una forma que lo identifica claramente. Un especialista en cinesis puede distinguir un europeo de un norteamericano solamente por la manera de arquear las cejas durante su conversación.
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