Juicio de Adolf Eichman en Jerusalén (1961). |
Götz Haydar Aly, especialista en ciencia política, historiador y periodista alemán, escribe que los muchos préstamos que el socialismo nacional tomó del fondo ideológico del socialismo de izquierda se pueden constatar en la propia biografía de los participantes. No pocos de los posteriores activistas nazis habían pasado por experiencias comunistas o socialistas durante la República de Weimar. Así se expresaba por ejemplo Eichmann en sus memorias: “Mis sentimientos políticos intuitivos estaban a la izquierda, y lo socialista era en ellos al menos tan poderoso como lo nacionalista”. Durante la “Época de Lucha” él y sus amigos habían considerado el nacionalsocialismo y el comunismo como “una especie de hermanos enfrentados”. El escritor Wolfgang Hillers reconoció de repente “que el Yo tenía que subordinarse a un Nosotros, y que un nuevo arte alemán sólo podía brotar de la fuente del Nosotros”. Ese autor tan representativo, piénsese igualmente en Arnolt Bronnen, había colaborado con Bertolt Brecht y Johannes R. Becher y había participado en la obra coral El gran plan que ensalzaba la industrialización forzada estalinista. En 1933 sólo tuvo que cambiar la palabra proletario por alemán; el camino del Yo al Nosotros ya lo había recorrido, con lo que podía aprovechar su conocimiento de que para poner en escena “el nuevo sentimiento del Nosotros resulta especialmente adecuada la forma coral… Adelante, sin olvidar dónde reside nuestra fuerza”. La nueva Alemania del socialismo nacional dio muchas oportunidades a aquellos que en las manifestaciones y batallas callejeras y de ideas habían estado al otro lado, de firmar su paz individual con el Tercer Reich.
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