A partir de 1970, el KGB defendió la ayuda y el entrenamiento del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), cuyo líder, Agostino Neto, era un viejo amigo de los hermanos Castro. Desde finales de 1974, Angola se convirtió en escenario de la rápida expansión de la cooperación soviético-cubana. Dos semanas después de la firma del Acta Final de Helsinki, Castro envió a Brezhnev un plan para el transporte de varias unidades regulares del ejército cubano a Angola. En ese momento, Brezhnev se negó rotundamente a incrementar la ayuda militar soviética a Angola y a transportar a los cubanos hasta allí. Sin embargo, no se sabe cómo, en el mes de noviembre las primeras unidades de combate cubanas estaban luchando ya al lado del MPLA. Kornienko aseguraría más tarde que los cubanos engañaron a la representación militar de la URSS en Cuba haciéndole creer que contaban con autorización del Kremlin para que los trasladaran al otro lado del Atlántico.Los castristas ya habían iniciado la operación Carlota, destinada a salvar al MPLA. Lo que hace que la historia resulte todavía más intrigante es la total ausencia de pruebas procedentes de los archivos cubanos de La Habana.Los señores del Kremlin se sintieron obligados a “salvar a Angola” y a apoyar a los cubanos, pues estaba en juego el prestigio de la URSS.Además, abandonar a las tropas cubanas que estaban combatiendo en Angola contra tropas enemigas pagadas con dinero norteamericano e integradas en parte por mercenarios extranjeros habría supuesto sacrificar por segunda vez al pequeño aliado del Caribe (la primera habría sido la retirada de los soviéticos durante la crisis de los misiles cubanos).
Soldados cubanos en Angola |
Gracias a la ayuda militar masiva de la URSS, las tropas cubanas despejaron casi toda Angola de mercenarios sudafricanos y de combatientes del Frente Nacional para la Liberación de Angola, apoyado por la CLA. Los estados africanos empezaron a reconocer al régimen angoleño dirigido por el MPLA. No hay nada mejor que el éxito. Los asesores soviéticos y cubanos empezaron a entrenar a la población negra de Sudáfrica, concretamente a los militantes del Congreso Nacional Africano. La influencia soviética aumentó en Zimbabue y Mozambique. La victoria cubana permitió a los rusos superar las tensiones a las que se hallaban sometidas las relaciones entre Cuba y la URSS.
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