En toda Rusia, pero especialmente en el Cáucaso, se teme una ola de criminalidad tras el regreso de los soldados que combatieron en Ucrania. La situación trae a la memoria el fenómeno ocurrido después de las dos guerras en Chechenia, según un informe de Kavkaz. Realii tras realizar una encuesta entre la población. En la prensa son cada vez más frecuentes las noticias sobre casos de violencia doméstica, asesinatos por rehusar casarse, robos y violencia callejera, amenazas y asesinatos de empresarios y comerciantes. Sergey Babinets, abogado de la ciudad de Nizhni Nóvgorod y presidente de la asociación humanitaria "Equipo contra la Tortura”, explica que "los que regresan de las acciones bélicas y se dedican al trabajo civil pueden representar una amenaza para quienes los rodean; si mataron en el campo de batalla, ya no tienen barreras psicológicas que los alejen de la violencia". En efecto, las órdenes de los comandantes son: no tener reparos a la hora de matar. La activista humanitaria Svetlana Gannuškina manifiesta que "el Estado no quiere asumir ninguna responsabilidad por estas situaciones, y no hace nada por la rehabilitación de los soldados que regresan del frente". Están dejando que la sociedad rusa y caucásica se precipite en la barbarie.
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