A partir de la década de 1960, los antropólogos empezaron a cuestionar el hecho de diferencia racial. Antropobiólogos como C. Loring Brace y Frank Livingstone, ambos de la Universidad de Michigan, adujeron por aquella época que el color de la piel no era una característica fundamental y fija que pudiera usarse para delimitar categorías raciales; tal como se mencionó, el color de la piel puede cambiar en cierto grado en función de la exposición a la radiación ultravioleta (UV). En un artículo publicado en 1962 con el título “Sobre la no existencia de razas humanas”, Livingstone dejó su famosa cita que no existen razas, solo existen gradientes.El color de la piel no es otra cosa que el resultado de la adaptación a una condición ambiental específica, no un rasgo inherente y esencial que pueda utilizarse para definir categorías raciales. Además, se ha demostrado claramente que la raza no es una categoría significativa desde el punto de vista biológico para ningún rasgo humano; es solo un constructo social.
En 2015, David Reich y su equipo de la Universidad de Harvard publicaron una interesante investigación acerca de los diferentes tonos de piel. En un descubrimiento sorprendente, se supo que la piel clara de los europeos ha estado presente desde hace menos de 5.000 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario