Bismarck dictó esta sentencia como filosofía central de ese fondo: “Nunca se miente más que en el tiempo que precede a una elección, durante una guerra y después de una cacería” (en Sohr, 1998, 27). En 1917, con motivo de la Primera Guerra Mundial, el senador norteamericano Hiram Johnson dijo: “Cuando llega la guerra, la primera víctima es la verdad”. “En agosto de 1914, apenas estalló la Primera Guerra Mundial con la invasión alemana de Bélgica, diversos periódicos ávidos de noticias se dispusieron a manipular la información de acuerdo con sus convicciones” (en Sohr, 1998, 35). Tampoco es nuevo lo de inventar atrocidades que utilizar contra el enemigo ni eso de silenciar voces de intelectuales que se oponen a las estrategias belicistas del Poder. La prensa inglesa de principios del siglo XX aprovechó su lucha contra los irlandeses para publicar noticias que luego se demostraron falsas.
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