Sólo las palabras pueden mentir. Pero el signo más frecuente de que alguien miente tiene que ver con la discrepancia entre sus palabras y su expresión facial, como cuando alguien nos asegura que está “muy bien” mientras el temblor de voz revela claramente la angustia que está experimentando. No existe ningún detector de mentiras completamente fiable, manifiesta Paul Ekman, psicólogo pionero en el estudio de las emociones y su expresión facial, pero cualquiera puede detectar las situaciones críticas, es decir, los momentos en los que las emociones de la persona no coinciden con lo que nos dice, indicio de un esfuerzo mental adicional.
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