El hombre es una imagen de Dios sobre la tierra. El verdadero problema filosófico es saber porque el hombre es capaz de reinar sobre el mundo y ejercer esa soberanía. Porque el hombre es libre, mientras que los demás seres no lo son. ¿Cuales son las raíces de esta libertad? Estas se encuentran en su inteligencia y su razón, que le permiten dirigirse y elegir, y por otra parte lo disponen a las influencias de las virtudes y gracias divinas. San Bernardo hace del libre albedrío la imagen por excelencia de Dios, pues siendo tal su naturaleza que no se le puede disminuir sin destruirlo, está en nosotros como una perfección inamisible, eterna en cierto modo, y semejante a la de Dios mismo.
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