El Lazarillo de Tormes, y su éxito puso de moda este estilo entre el público. Para el escritor William Somerset Maugham “los historiadores de la literatura dicen que tuvo su origen en el cambio de las condiciones sociales, en la ruina del comercio, de la industria y de la agricultura y en la centralización del poder en la capital, que atrajo a ella a aventureros de toda especie. Pero ahora no se escriben novelas por razones de este género, por lo menos novelas que se puedan leer, y dudo mucho de que en el siglo XVI las cosas fuesen distintas. A los críticos nunca se les ocurre que los escritores a menudo escriben por gusto. Yo más bien pensaría que el autor, tanto si era el monje Juan de Ortega como el diplomático retirado Diego de Mendoza, conociendo los clásicos y muy familiarizado con la Celestina, pensó que sería divertido escribir la autobiografía de un joven vagabundo, y al haber concebido una buena idea hizo lo que todos los autores hacen en un caso así, la escribieron. Era humorista y ello le dio la oportunidad de decir muchas cosas agudas acerca de los frailes y de los curas. El librito relata el nacimiento e infancia de un pilluelo y su convivencia con diversos amos; un pordiosero ciego, un cura, un gentilhombre, un fraile mendicante, un vendedor de indulgencias, un capellán y un alguacil. Termina con el pícaro convertido en pregonero de la ciudad y en complaciente marido de la amante de un potentado”.
“Cualquiera creería, añade William Somerset Maugham, que la lectura de las novelas picarescas ha de constituir uno de los placeres más deliciosos; por el contrario, se trata en conjunto de una lectura monótona. No entra en mi propósito instruir al lector, pero puedo afirmar de pasada que la novela picaresca es aquélla cuyos personajes están sacados de las heces de la sociedad y en la que su protagonista vive gracias a la astucia. Generalmente está escrita en primera persona. En el ejemplo clásico del género, el héroe es un sirviente que pasa de amo en amo. Evidentemente, ése es un medio muy adecuado para hacerle vivir gran variedad de aventuras y describir gran diversidad de ambientes. Es la forma más característica de la literatura española. Su amplia influencia fue especialmente sentida en Inglaterra y, a no ser por ella, las novelas de Defoe, Fielding, Smollett y Charles Dickens, hubiesen sido probablemente distintas de lo que fueron. A menudo se dice que el género se inventó en España, y ciertamente las novelas picarescas más populares de Europa fueron las españolas, pero, por lo que sé, ahí está el Satyricon de Petronius para demostrar que el estilo había tenido larga vida mucho antes de que se escribiese en España la primera novela picaresca.”
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