El Confidencial Digital denuncia las colas del hambre y las colas que se forman ante los centros de salud. Se calcula que entre el Banco de Alimentos, Caritas y otras asociaciones y comedores se alimenta a millón y medio de familias en España. En Madrid ciento noventa mil madrileños sobreviven gracias a estas asociaciones en la actualidad.
Por otro lado están las colas que se forman todos los días, y casi a todas horas, ante los centros de salud, los centros de atención primaria. Las colas que podríamos llamar normales, las de cada día, las de todos los días, a las puertas de los centros de salud. Se trata de una realidad degradante, incluso lamentable, porque en muchos casos quienes las integran son personas mayores, enfermas o al borde de la enfermedad, que buscan una cita para ver al médico, al enfermero.A la puerta de los centros suele haber una persona que intenta racionalizar y organizar los accesos, que pregunta a unos y a otros cuáles son sus intereses o necesidades, y les dirige a una u otra parte.Todo ello, por supuesto, en la calle, al aire libre, algo que, a medida que entra el invierno, empieza a convertirse en una auténtica amenaza para la salud. Y duran periodos que pueden extenderse durante una hora. Eso se llama maltrato al ciudadano y al asegurado. Que son sobre todo personas mayores y enfermas en búsqueda de alivio y socorro sanitario.
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