Numerosos testigos, entre ellos algunos kazajos, describieron en el Congreso Mundial de uigures los sufrimientos que debieron soportar en los campos de concentración chinos de Xinjiang, donde "todos temblaban al escuchar los gritos desgarradores de las mujeres”. El encuentro se realizó en Praga del 12 al 14 de noviembre de 2021. Asistieron personas de todo el mundo para pedir que se reconozca como “genocidio” la persecución contra los uigures en China. En señal de protesta por la masacre de uigures, kazajos y otras minorías de habla turca y de religión islámica, la Conferencia invitó a la comunidad internacional a desertar de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022.
Khidajat Oguzhan, presidente de la Unión Internacional de Turquestán Oriental (el nombre que dan los uigures a Xinjiang), denunció que el gobierno chino "arresta, tortura, humilla, divide familias, esclaviza y realiza experimentos biomédicos con nuestro pueblo y otros musulmanes de Xinjiang". Añadió que "Beijing ha convertido la región en la mayor cárcel al aire libre de la historia".Una mujer uigur, Kelbinur Sydyk, recordó que "a una jovencita de entre 18 y 20 años le aplicaron una inyección anticonceptiva forzada". Murió dos meses después debido a una hemorragia. Las autoridades chinas habían obligado a Kelbinur a trabajar en un campo de internamiento para enseñar el idioma chino. “Vi que se llevaban el cuerpo de la muchacha en una carretilla”, dijo la testigo. "Era normal obligar a las mujeres a tomar pastillas para que no tuvieran hijos”.
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