Hoy día sabemos que las catástrofes naturales ocurren por procesos naturales. Los procesos naturales no implican valores morales. La crítica podría objetar que Dios podía haber creado un mundo diferente, sin catástrofes. Está claro que, de acuerdo con algunos sistemas de creencias, Dios podía haber creado un mundo diferente. Pero a este argumento el profesor Ayala Pereda contesta que “ese mundo no sería un universo creativo en el que se forman galaxias, surgen estrellas y sistemas planetarios, y los continentes van a la deriva. El mundo que tenemos es creativo y es más emocionante que un mundo estático. El fallido diseño de la mandíbula humana, los parásitos que matan a millones de niños y el sistema reproductor humano, tan pobremente diseñado, que ocasiona millones de abortos cada año en el mundo. Si estos espantosos sucesos ocurrieran por el diseño directo de Dios, éste sería responsable de sus consecuencias. Si los ingenieros diseñaran coches que explotasen al introducir la llave de encendido, serían responsables. Pero si estos espantosos sucesos surgen por la evolución o por otros procesos naturales, las implicaciones morales desaparecen porque los procesos naturales no implican valores morales. De nuevo, se podría objetar que Dios es definitivamente responsable porque Dios pudo haber creado un mundo sin crueldades, parásitos o disfunciones. Sin embargo, un mundo de vida con evolución es mucho más interesante; es un mundo creativo en el que surgen nuevas especies, aparecen complejos ecosistemas y los seres humanos evolucionan”.
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