Todos nacemos con un cuerpo que nos define como mujeres o como hombres y hay que aprender a descubrir nuestra especificidad. La posibilidad de estar bien juntos se da cuando cada uno se acepta y descubre lo que puede aportar al otro, manifiesta la psicoterapeuta Mariolina Ceriotti Migliarese. La distinción de los cuerpos masculino y femenino nos habla también de la diversidad a la hora de percibir el mundo. Los hombres, a través de las emociones fuertes y rápidas, y las mujeres de una manera difusa al principio, pero mucho más profunda al final. Es erróneo basar la diferencia en roles y funciones sociales. O hablar de la personalidad de “los hombres” y las “mujeres” como un todo. Las características que se asocian a uno y otro cambian con los tiempos y dependen de muchos factores: dónde ha nacido uno, su historia, la cultura de su país… de hecho, hay hombres más sensibles que muchas mujeres.
Añade Mariolina Ceriotti que nunca ha habido tanta igualdad entre hombres y mujeres como hoy y, sin embargo, nunca hemos estado tan enfrentados. Por eso aumentan el número de divorcios, e incluso el de personas homosexuales, porque las mujeres están con las mujeres y se entienden entre ellas, y con los hombres pasa lo mismo.
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