Un ejercicio que enriquecería enormemente a los alumnos de los colegios sería la posibilidad que dos o tres escritores, de ficción o no, hablen a los alumnos que los han leído sobre cómo produjeron sus textos, cómo trabajaron la temática o los desarrollos que envuelven sus temas, cómo trabajaron su lenguaje, cómo persiguieron la belleza en el decir, en el describir, en el dejar algo en suspenso para que el lector ejercite su imaginación, cómo jugar con el pasaje de un tiempo al otro en sus historias. Cómo los escritores se leen a sí mismos y cómo leen a otros escritores.
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