Por lo que se sabe, el hombre siempre ha tenido un lenguaje: los hotentotes, los esquimales, los yanomami… Jamás se ha descubierto una tribu muda, ni se tiene constancia de que existan regiones que hayan servido como cuna de una lengua transmitida luego a grupos desprovistos de ella.
La universalidad y la complejidad de las lenguas humanas es un descubrimiento que siempre ha suscitado la admiración de los lingüistas y constituye el principal motivo para sospechar que el lenguaje no es una simple invención cultural, sino el producto de un peculiar instinto humano, aclara el lingüista y escritor canadiense Steven Pinker.
Si bien hay sociedades que viven en Edad de Piedra, no existe ninguna lengua de la Edad de Piedra. El antropólogo Edward Sapir escribía: “En lo que a la forma lingüística se refiere, Platón no es muy diferente de un pastor macedonio, como tampoco Confucio lo es de los cazadores de cabezas de Assam”.
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