Hölderlin |
Thomas Mann tenía razón cuando dijo que Marx habría debido leer mejor a Hölderlin. Porque si es conmovedor hoy saber que Hölderlin alcanzó a ver en lo visible lo invisible, como para exclamar “Están envenenando los manantiales”, es todavía más asombroso saber que, cuando comenzaba el siglo XIX, mucho antes de Marx y de Lenin, de Stalin y de Kim Il-sung, Hölderlin también fue capaz de escribir que “siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, se ha construido su infierno”.
Marx describió: “Se derrumban las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, junto con todo su séquito de ideas y creencias antiguas y venerables, y las nuevas envejecen antes de echar raíces. Se esfuma todo lo que se creía permanente y perenne. Todo lo santo es profanado, y al final el hombre se ve constreñido por la fuerza de las cosas a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás”.
William Ospina dice que Marx llegó a profetizar, sin saberlo, la formación de bloques tan improbables entonces como la Unión Europea: “Territorios antes independientes, apenas aliados, con intereses distintos, distintas leyes, gobiernos autónomos y líneas aduaneras propias, se asocian y refunden en una sola nación, bajo un gobierno, una ley, un interés nacional de clase y una sola línea aduanera”.
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