Los antiguos se miran en perspectiva; no son de carne y sangre a los ojos de la imaginación. Con el transcurso de los siglos han depuesto todo lo grosero, y sólo ha quedado lo espiritual, el individuo en abstracto. Así alma, genio, espíritu, numen, talento son los signos con que se los representa la posteridad, ésta que halla héroes a los hombres que nunca lo fueron para su ayuda de cámara. Si pudiésemos leer el diario de la vida privada de Alejandro, Demóstenes, César y Cicerón, ¿cuántas flaquezas, miserias, y ridiculeces veríamos, que la historia civil abandono a la mordacidad de los contemporáneos? Todos los sabios, políticos, y conquistadores empiezan a crecer a los cien años de enterrados, alega el filosofo, escritor y político catalán Antonio Capmany y Montpalau.
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