Templo de Apolo. Delfos. |
Los dos mandamientos que adornaban el frontón de Delfos,“conócete a ti mismo”, el otro era “nada en exceso”. En opinión de Hannah Arendt, “pueden considerarse, y han sido considerados, los primeros preceptos generales prefilosóficos de carácter moral”. Platón advertía que “es imposible ser sabio sin conocerse a sí mismo”, por lo que se reconocía de la misma opinión del que colocó en el templo de Delfos la inscripción aludida, ya que “no estoy lejos de definir la sabiduría como el conocimiento de sí mismo, conócete a ti mismo y sé sabio son la misma cosa”.
El filosofo alemán Gadamer decía que “la verdadera experiencia es aquella en el que el hombre se hace consciente de su finitud”.
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