Embaucador |
A menudo se oye alabar a un hombre político por su astucia, su arte en embaucar a la opinión pública y en engañar a sus rivales. En cierto modo es como si los clientes de un banco plebiscitaran al director por sus talentos como ratero. Jean-François Revel dice que la democracia no puede vivir sin la verdad, el totalitarismo no puede vivir sin la mentira; la democracia se suicida si se deja invadir por la mentira, el totalitarismo si se deja invadir por la verdad.
En democracia, el obstáculo a la objetividad de la información son los prejuicios, la parcialidad, los odios entre partidos políticos y las familias intelectuales, que alteran y adulteran los juicios. A veces, más incluso que la convicción, es el temor del “qué dirán” quien tiraniza y amordaza la libertad de expresión.
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