El mayor deseo del hombre: Ser. No hay mayor fracaso que estar en este mundo y no ser. Todos tenemos la imperiosa necesidad de ser, y para eso hay que hacer, lo cual es un riesgo. Nada menos que hacer. ¿Y si lo que hacemos está mal o nos sale mal? El hombre es según hace, y si hace el mal es malo y si lo que hace le sale mal es tonto. “Las obras que se hacen declaran la voluntad que tiene el que las hace, porque cada cual es artífice de su ventura, y un hombre no
es más que otro, si no hace más que otro” hace decir Cervantes a Don Quijote. Hacer para ser, para ser el que se anhela, para ser feliz siendo el que se desea ser. Y eso, al margen de lo que los demás piensen: “No te enojes, Sancho, dice Don Quijote, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres, que será nunca acabar; ve con tu segura conciencia y digan lo que dijeren; y es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mismo que querer poner puertas al campo”.
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