El misterioso afán del capital.
|
Ernesto Cardenal |
Ernesto Cardenal, en uno de esos poemas dice que hay empresas que hoy se venden como las celosas guardianas de la salvación del hombre, y que en otros momentos se han mostrado menos gentiles, como cierta productora de preservativos que también fabricaba otra sustancia sintética, napalm. Lo más importante es que ya no sabemos muy bien dónde están los amigos del género humano. La industria, dice William Ospina, tan generosa a veces en cosas gratas y útiles, es completamente ciega de corazón a la hora de tomar sus decisiones. Hace el bien y el mal con la misma pasmosa intensidad, porque lo único que la gobierna es el misterioso afán del capital que, como el cáncer, sólo sabe crecer y proliferar a expensas del organismo que lo nutre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario