Antes de su entrada en la UE, Irlanda tenía un enorme porcentaje de sus estudiantes en carreras vinculadas a las ciencias sociales. Pero el país resolvió que necesitaba más científicos y técnicos, y menos sociólogos. En la década del noventa, el número de estudiantes universitarios creció 80 por ciento, y el de los estudiantes que siguen carreras de ciencia y tecnología aumentó en más de 100 por ciento. Los estudiantes de informática, por ejemplo, aumentaron de 500 en el año 1996 a 2.000 en 2003. “Desde la década del setenta, cuando entramos en la Unión Europea, hemos tenido una política de Estado deliberada en el sentido de destinar más recursos a las escuelas de ingeniería y las ciencias, dice Dan Flinter, presidente de Enterprise Ireland, lo hicimos mediante la creación de dos nuevas universidades, específicamente destinadas a estas carreras”. Desde la escuela primaria, los maestros irlandeses, siguiendo las orientaciones del Ministerio de Educación, incentivan el estudio de las carreras técnicas.
Instituto Tecnológico de Praga |
El Instituto Tecnológico Checo de Praga, con 104.000 estudiantes en un país de apenas 10 millones de habitantes, es el centro de estudios tecnológicos más grande de Europa. “Nuestra mano de obra altamente calificada es más importante para atraer inversiones que los incentivos económicos que da el gobierno”, explica Radomil Novak, director de Czechinvest, la agencia gubernamental encargada de atraer inversiones extranjeras.
Jaroslav Mil, presidente de la Confederación de Industrias de la República Checa, opina que los países de la “vieja Europa” se hundirán muy pronto si siguen aferrados a las vacaciones de cuatro semanas y sus semanas de 35 horas, asegura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario