El conocimiento de la nanotecnología, la ingeniería genética y la robótica está esparcido por el mundo. Si no limitamos nuestra búsqueda de conocimiento, la humanidad se verá abocada a una carrera armamentística fundada en estas tecnologías, una carrera mucho más peligrosa de lo que fue en su época la carrera nuclear. Por otro lado, conseguir que se cumpla una prohibición de las investigaciones en los ámbitos de la nanotecnología, la genética y la robòtica requeriría un régimen de verificación de proporciones sin precedentes. Dado que en teoría tales investigaciones podrían llevarse a cabo en cualquier sótano, la única forma de impedirlas sería dar a los Gobiernos poderes de vigilancia prácticamente ilimitados. Esto significa que renunciar a la investigación en estas tecnologías nos obligará a renunciar a buena parte de nuestra libertad y privacidad actuales.
nanotecnología y nanorobot |
Estados “ilegítimos” y organizaciones terroristas conocen muy bien el potencial de estas tecnologías, y ninguno de ellos renunciará a investigarlas porque así lo recomiende Naciones Unidas. Más problemático todavía es el hecho de que renunciar a estas tecnologías significa renunciar también a todos sus beneficios potenciales.
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