Zygmunt Bauman cuenta que hoy existe la habilidad para disfrutar el presente sin hipotecar el futuro. Esto es, derechos sin obligaciones. La abrumadora y embriagadora experiencia de estar juntos y, quizá, es muy temprano para decirlo, la solidaridad. Ese cambio, que ya está ocurriendo, significa lo siguiente, ya no estaremos solos. Y habrá costado tan poco conseguirlo, tan sólo pulsando unas teclas más para escribir solidaridad en vez de esa palabra tan fea que es soledad. La solidaridad a demanda, y que dura tanto como dura la demanda (y ni un minuto más). La solidaridad no tanto de compartir una causa escogida como la solidaridad de tener una causa, tú y yo y todos los demás con un objetivo, y la vida con un significado.
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