domingo, 27 de marzo de 2016

Los objetos son prescindibles.



Para un niño es imprescindible su osito de peluche, sus juguetes, etcétera, pero a medida que va creciendo, regala el osito y los juguetes porque ya no son imprescindibles. 

Cuando crecemos de manera inteligente nos damos cuenta de que cada vez necesitamos menos cosas. Entendemos que los objetos son prescindibles y que lo imprescindible son las experiencias internas, los recuerdos, los afectos, el crecimiento espiritual, los momentos compartidos con nuestra familia y nuestros amigos.


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