Los ex presidentes del Gobierno al margen de los méritos o deméritos en su gestión y del tiempo que esta haya durado, tienen garantizado un sueldo de por vida que asciende a 6.515 euros brutos mensuales (78.185 euros brutos anuales) a cambio de no hacer nada, de quedarse en casa y ver la vida pasar como prejubilados de oro.
Eso es lo que hace José Luis Rodríguez Zapatero desde que perdió las elecciones de noviembre de 2011. Entonces tenía 51 años y no le hace falta volver a trabajar (qué paradoja, cuando fue su gobierno el que aprobó el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años), aunque, para evitar el aburrimiento, los ex presidentes se incorporan automáticamente al Consejo de Estado, también de por vida, a condición de que no trabajen para ninguna empresa privada. En su condición de consejero, cobra otros 6.383 euros brutos mensuales por acudir a los nueve plenos anuales que suele celebrar el citado órgano consultivo, que mantiene un mutismo absoluto sobre la actividad del presidente porque forma parte de su agenda privada, aunque sea pagada con dinero público. Cuando se aburre, escribe libros o se dedica a dar conferencias por medio mundo (ha estado en Venezuela, Kazajistán, República Dominicana, Brasil y Suiza) sobre el futuro de la Unión Europea con una remuneración por intervención que no ha trascendido.
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