Robert K. Merton bautizó como “efecto Mateo”, en referencia al Evangelio según san Mateo, donde se narra la historia de un amo acaudalado que hace balance de la rentabilidad que han sacado a su dinero sus administradores, y decide dar todo el dinero a los que más rentabilidad habían obtenido. Se justificó diciendo que “al que más tiene, más se le dará; y al que menos tenga, aun lo poco que tiene se le quitará”. Esta frase ha pasado a los anales de la historia como la quintaesencia del efecto sociológico por el cual las personas que tienen éxito tienden a tener aún más éxito, mientras que las que fracasan tienden a hundirse todavía más en el abismo.
Merton demostró que a los científicos de reconocido prestigio se les presta mucha atención mientras que, en comparación, se les concede muy poca atención a los científicos no reconocidos hasta el momento. Los científicos ya reconocidos acaparan citas, artículos, financiación, medios, etc. En cambio, aunque realicen iguales o mayores contribuciones, los científicos que no son conocidos encuentran dificultades para que les publiquen sus trabajos las revistas científicas de primer orden, tienen más problemas para encontrar financiación y, en general, cosechan menos aplausos que los investigadores eminentes. Posteriormente se ha ido comprobando que este fenómeno de la amplificación de las diferencias es extensible a la mayoría de los campos de actividad humana, además de al campo científico, y se produce no solo por la acción de los agentes externos, que tienden a premiar a los que más éxito han obtenido, sino también porque los éxitos y fracasos afectan a los niveles de confianza de quienes los experimentan. Los niveles de confianza se mueven normalmente de acuerdo a los éxitos y a los fracasos, promoviendo ciclos recurrentes que conducirán al cielo o al infierno. Cuando dichos niveles son elevados, las personas sienten que cuentan con los recursos internos necesarios para hacer frente a los mayores desafíos, siendo el caso contrario cuando la confianza es escasa. De este modo, el éxito y el fracaso, que al principio era efectos, comenzarán a convertirse en una causa que acarreará más éxito o más fracaso.
Henry Ford decía que “tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”.
Merton demostró que a los científicos de reconocido prestigio se les presta mucha atención mientras que, en comparación, se les concede muy poca atención a los científicos no reconocidos hasta el momento. Los científicos ya reconocidos acaparan citas, artículos, financiación, medios, etc. En cambio, aunque realicen iguales o mayores contribuciones, los científicos que no son conocidos encuentran dificultades para que les publiquen sus trabajos las revistas científicas de primer orden, tienen más problemas para encontrar financiación y, en general, cosechan menos aplausos que los investigadores eminentes. Posteriormente se ha ido comprobando que este fenómeno de la amplificación de las diferencias es extensible a la mayoría de los campos de actividad humana, además de al campo científico, y se produce no solo por la acción de los agentes externos, que tienden a premiar a los que más éxito han obtenido, sino también porque los éxitos y fracasos afectan a los niveles de confianza de quienes los experimentan. Los niveles de confianza se mueven normalmente de acuerdo a los éxitos y a los fracasos, promoviendo ciclos recurrentes que conducirán al cielo o al infierno. Cuando dichos niveles son elevados, las personas sienten que cuentan con los recursos internos necesarios para hacer frente a los mayores desafíos, siendo el caso contrario cuando la confianza es escasa. De este modo, el éxito y el fracaso, que al principio era efectos, comenzarán a convertirse en una causa que acarreará más éxito o más fracaso.
Henry Ford decía que “tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”.
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