En los años veinte, los soviéticos estuvieron tentados en sustituir el matrimonio por uniones libres. Su conclusión fue que esto destruiría en gran medida la adhesión individual al socialismo. Así que preservaron la estructura familiar. Las élites neoliberales han llegado a la conclusión contraria. La libertad sexual es una salvaguardia eficaz contra la revolución social, porque hace a los individuos más indiferentes a su estatus social y más centrados en sus propios cuerpos. Hace que el explotado se solidarice mentalmente con el explotador, porque ambos creen que la libertad consiste en hacer lo que uno quiere con su propia propiedad, el uno su cuerpo, el otro su dinero. “A medida que disminuye la libertad política y económica, escribe Huxley, la libertad sexual tiende compensatoriamente a aumentar”.
El individualismo basado en el disfrute es incompatible, salvo contadas excepciones, con la disciplina intelectual, moral y social necesaria para librar la lucha política por una sociedad socialista. Una vez instalado en la intimidad personal, contaminará inevitablemente el comportamiento político, sobre todo si el proletariado ha podido entretanto elevarse al menos al nivel del pequeño burgués.
Referencia: Una filosofía de la guerra de Henri Hude
Referencia: Una filosofía de la guerra de Henri Hude
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