La noción de creación no es contraria a la de evolución, si por evolución entendemos sólo un proceso gradual mediante el que cierto tipo de ser vivo se convierte en algo distinto. Un Creador puede haberse valido de un tal proceso gradual como medio de creación. Evolución solo está en contradicción con creación cuando es explícita o tácitamente definida como evolución plenamente naturalística, lo que significa que la evolución no está dirigida por ninguna inteligencia que actúe con un propósito o intención. Análogamente, creación solamente contradice a evolución cuando significa creación súbita, en lugar de creación mediante desarrollo progresivo.
Los evolucionistas hablan cada vez de forma más parecida a los creacionistas, en la medida en que señalan un hecho, pero no pueden proporcionar una explicación de los medios. Que la evolución darvinismo pueda transformar gradualmente a un cierto tipo de criaturas hasta convertirlas en criaturas de un tipo distinto no pasa de ser una hipótesis biológica, no un hecho comprobado.
Evolución es un concepto tan amplio que puede abarcar prácticamente todas las posibilidades que median hasta la creación instantánea, y por eso no sorprende que los pensadores hayan especulado sobre la evolución desde los tiempos más antiguos. La excepcional aportación de Charles Darwin consistió en describir un mecanismo plausible mediante el cual pudieran darse las transformaciones necesarias, un mecanismo que no exigiera ser guiado por una mano divina, ni por fuerzas vitales misteriosas, ni por cualquier otras causas que no estuvieran actuando en el mundo ya en el presente. Darwin ansiaba de modo particular evitar la necesidad de “saltaciones” ( saltos súbitos en los cuales aparece un organismo de nuevo tipo en una sola generación). Son muchos los científicos convencidos que las saltaciones son teóricamente imposibles. Los seres vivos son ensamblajes de suma complejidad integrados por partes interrelacionadas, , partes también muy complejas a la vez. Resulta imposible concebir de que modo podrían todas las partes cambiar al unísono a resultas de una mutación aleatoria.
Con una palabra del propio Darwin, saltación es equivalente a milagro. El saltacionismo es prácticamente indistinguible de la creación especial. Si un huevo de serpiente fuera a eclosionar y de él saliera un ratón, podríamos con igual justicia clasificar el acontecimiento como un ejemplo de evolución o como un ejemplo de creación. Incluso la aparición súbita de un único órgano complejo, como un ojo o un ala, entrañaría una intervención sobrenatural.
Referencia: Juicio a Darwin de Phillip E. Johnson
Los evolucionistas hablan cada vez de forma más parecida a los creacionistas, en la medida en que señalan un hecho, pero no pueden proporcionar una explicación de los medios. Que la evolución darvinismo pueda transformar gradualmente a un cierto tipo de criaturas hasta convertirlas en criaturas de un tipo distinto no pasa de ser una hipótesis biológica, no un hecho comprobado.
Evolución es un concepto tan amplio que puede abarcar prácticamente todas las posibilidades que median hasta la creación instantánea, y por eso no sorprende que los pensadores hayan especulado sobre la evolución desde los tiempos más antiguos. La excepcional aportación de Charles Darwin consistió en describir un mecanismo plausible mediante el cual pudieran darse las transformaciones necesarias, un mecanismo que no exigiera ser guiado por una mano divina, ni por fuerzas vitales misteriosas, ni por cualquier otras causas que no estuvieran actuando en el mundo ya en el presente. Darwin ansiaba de modo particular evitar la necesidad de “saltaciones” ( saltos súbitos en los cuales aparece un organismo de nuevo tipo en una sola generación). Son muchos los científicos convencidos que las saltaciones son teóricamente imposibles. Los seres vivos son ensamblajes de suma complejidad integrados por partes interrelacionadas, , partes también muy complejas a la vez. Resulta imposible concebir de que modo podrían todas las partes cambiar al unísono a resultas de una mutación aleatoria.
Con una palabra del propio Darwin, saltación es equivalente a milagro. El saltacionismo es prácticamente indistinguible de la creación especial. Si un huevo de serpiente fuera a eclosionar y de él saliera un ratón, podríamos con igual justicia clasificar el acontecimiento como un ejemplo de evolución o como un ejemplo de creación. Incluso la aparición súbita de un único órgano complejo, como un ojo o un ala, entrañaría una intervención sobrenatural.
Referencia: Juicio a Darwin de Phillip E. Johnson
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