La historia en España,escribe el historiador José Calvo Poyato, sin hacer mayores distinciones durante mucho tiempo, dictó un veredicto negativo sobre los afrancesados, a pesar de que algunas de las glorias del momento como Goya o Fernández de Moratín se encontraban entre ellos. Se salvaba tan espinosa cuestión, sobre todo en el caso del pintor aragonés, pasando de puntillas sobre el asunto y resaltando el patriotismo que se reflejaba en cuadros como La carga de los mamelucos o Los fusilamientos de la Moncloa, donde alumbraba el verdadero espíritu del artista. La realidad era que Goya representa un modelo de españoles de su generación que eran liberales por ideología, lo que les llevaba a mirar con simpatía las novedades que los franceses traían, sin que por ello dejasen de ser patriotas, en el sentido de buenos españoles que rechazaban las imposiciones del exterior.
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