La Unión Europea ha conseguido prescindir del gas ruso sin que acabe destruyendo a su industria y el bolsillo de los europeos. Ha costado mucho y ha sido una combinación de factores pero habiendo entrado en 2023, podemos dar por hecho que se ha conseguido. Por otro lado Rusia ha perdido a su principal cliente. En 2020 el 39,5% de sus exportaciones eran hacia la UE. Aunque no les faltan compradores (China e India) no es tan fácil que sustituyan a la UE como compradores, aparte de que Rusia se queda a expensas de China.
Países como Noruega o Azerbaiyán han incrementado su importancia como proveedores de gas natural de la Unión Europea. Los conductos actualmente están a plena capacidad. Durante todo 2022 se estuvo almacenando todo el gas posible y se han estado usando estas reservas. Se ha sustituido el gas con alternativas, ya sean combustibles fósiles o energías renovables o aplazar los planes de prescindir de la energía nuclear en Alemania, si hay una alternativa al gas, se ha puesto en práctica. La UE ha empezado a tirar de importar Gas Natural Licuado de todas partes. Ya no sólo de Qatar o EEUU, sino que se han pasado a importar hasta de Australia. El 15% del ahorro del gas ruso viene debido a que gastamos menos.
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