La motivación como principio deontológico se refiere a la sensación de utilidad del empleado, de sentir la dimensión creativa en su trabajo y de saber que está aportando algo, que está formando parte de una empresa no solamente en el sentido económico sino también en el sentido social y de formación de comunidad. Para la empresa, entonces,escribe Fernando Savater, la motivación debe propender a la formación de comunidad más que a la potenciación económica de su grupo.
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