La compasión es algo que podemos desarrollar mediante la práctica, escribe Richard Carlson. “Implica dos cosas, voluntad y acción. La voluntad no significa otra cosa que acordarse de abrir el corazón a los demás; aprender a ver que hay otras cosas y personas que tienen importancia aparte de ti mismo. La acción es simplemente lo que haces al respecto. Puedes donar un poco de dinero o de tiempo (o ambas cosas) de modo regular para una causa afín a tus sentimientos. O quizá puedes ofrecerles una hermosa sonrisa y un saludo auténtico a las personas que te encuentras por la calle. No es tan importante lo que hagas, lo que importa es que hagas algo. Como nos recuerda la madre Teresa, no podemos hacer grandes cosas en esta tierra. Sólo podemos hacer cosas pequeñas con gran amor. La compasión nos ayuda”.
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