En las Ordenanzas para el buen regimiento y tratamiento de los indios de 1512 se advierte al principio que se ha hecho lo posible para llevar a los indígenas de La Española a la fe católica, pero “… según se ha visto por luenga experiencia… no basta para que los dichos caciques e indios tengan el conocimiento de nuestra fe que sería necesaria para su salvación, porque de su natural son inclinados a ociosidad y malos vicios de que Nuestro Señor es deservido y no ninguna manera de virtud y doctrina”. ¿Qué ocurre? Que como viven lejos de donde viven los españoles, aunque éstos les enseñen las verdades de nuestra fe, luego se vuelven a sus pueblos y se olvidan de todo. Remedio, que vayan a vivir cerca de los españoles. Así podrán verles, ir a misa y se acostumbrarán a las cosas de nuestra fe y además se librarán del viaje de ida y vuelta “que como son lejos sus estancias de los pueblos de los españoles… no morirán los que mueren en los caminos así por enfermedades como por falta de mantenimiento y los tales no pueden recibir los sacramentos que como cristianos son obligados”. Venían luego las obligaciones del encomendero de enseñarles la doctrina, obligarles a persignarse y rezar al anochecer. Y luego la manutención, con carne los domingos. Y en las minas debían trabajar sacando oro cinco meses y después tenían derecho a cuarenta días de vacaciones, en los que sólo tenían obligación de recoger lo que iban a comer. Y recordarles que no podían tener más que una mujer. Y que las mujeres preñadas no podían trabajar tras el cuarto mes en el campo y sí en las faenas domésticas y así mantenerse hasta que el hijo tuviera tres años. Otrosí mandamos y ordenamos que persona alguna no sean osados de dar palo ni azote, ni llamar perro ni otro nombre a ningún indio… y si el indio mereciera ser castigado por cosa que haya hecho, que le lleven a los visitadores para que les castiguen…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario