Nuestro sentido del tiempo implica cierta conciencia de duración y también de diferencia entre pasado, presente y futuro. Existen pruebas de que nuestro sentido de estas distinciones es una de las facultades mentales más importantes y distingue al hombre del resto de las criaturas vivientes. Tenemos buenas razones para creer que todos los animales, excepto el hombre, viven en un presente continuo. El hecho de que los animales posean algún tipo de memoria, como, por ejemplo, demuestran los perros dando rienda suelta a su alegría al ver a sus dueños tras una larga separación, no necesita ninguna imagen del pasado como tal; para el perro es suficiente con reconocer a su dueño.En su monografía Animal Thought, Stephen Walker ha confirmado las ideas de Koehler y ha llegado a la conclusión de que es extraordinariamente difícil obtener pruebas experimentales convincentes de que un animal tenga memoria o sentido de la previsión.
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