martes, 22 de marzo de 2022

España entendió la inmigración como si los acogiese el Estado del bienestar y no el país


La forma de entender la ciudadanía también determina cuestiones como la integración de los inmigrantes. En el caso de España, prevalecieron criterios según los cuales el que acogía a sus nuevos habitantes no era el país, sino el Estado del bienestar. Se trata, pues, de una experiencia radicalmente distinta a la de los españoles que emigraron a América hace décadas, y que una vez allí se incorporaban a la nación haciéndose a los preceptos sociales y legales por los que podían participar de ella. Cuando por el contrario son las políticas sociales el vínculo primario con aquellos que llegan, no solo la sociedad receptora sufre las consecuencias de un equilibrio frágil; también el inmigrante, siempre expuesto a que los ojos se vuelvan hacia él en cuanto sobrevenga el tiempo de las vacas flacas y la economía aconseje soltar lastre, escribe Xavier Reyes Matheus.



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