La belleza adecuadamente entendida, se debe contemplar junto con la verdad y la bondad. Para que una forma sea bella, como opuesta a meramente bonita, necesita ir asociada a otros valores como la verdad o la integridad. Estos dos valores de belleza y verdad son distintos, aunque en el fondo inseparables. Ambos forman una unidad como el agua y la tierra en el barro…Toda forma de arte hace referencia a la verdad; la verdad de la vista, del oído y del espíritu. La verdadera belleza es inseparable de la búsqueda de la verdad. Cuando se intenta crear algo bello separado de la verdad, el resultado es el sentimentalismo, escribe Richard Harries.
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