La declaración sobre la libertad religiosa del Concilio Vaticano II, Dignitatis humanae, dice que “todos los seres humanos están obligados a buscar la verdad, especialmente en orden a Dios y a su Iglesia, y están obligados a adherirse a la verdad a medida que la van conociendo y a rendirle homenaje. Por razón de su dignidad todos los seres humanos, en cuanto que son personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre y, por eso, investidos de personal responsabilidad, están por su misma naturaleza y por deber moral obligados a buscar la verdad. Están obligados también a adherirse a la verdad conocida y a ordenar toda su vida según sus exigencias”.
Juan Pablo II |
No hay comentarios:
Publicar un comentario