El profesor Carrera Damas dice que “hay que recordar que Chávez llega al poder utilizando los procedimientos de la democracia, pero llega también con el propósito de demoler esos procedimientos e instituciones gracias a las cuales había llegado al poder. Tenía, entonces, un problema de legitimidad, no de legalidad. Necesitaba un principio de legitimidad para demoler esas instituciones. ¿Dónde encontrar ese principio de legitimidad? Obviamente acude al pensamiento histórico, eso que hemos calificado como la “segunda religión” de los venezolanos. Es decir, se justifica diciendo que lo que se hace, se hace para cumplir con el mandato del padre fundador de la patria. No es una especie de recurso secundario; es fundamental. Es el mismo mecanismo que aplicó Fidel en Cuba, solo que en Cuba él comenzó con un poeta, Martí, y luego tuvo que llegar
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Simón Bolivar. |
también a Bolívar. Creo que valdría la pena explorar eso, pues se le da a Bolívar no solo el sentido de haber luchado por la libertad sino el de tener un designio que nunca se planteó, un carácter antiimperialista. No el antiimperialismo de Martí, un poeta que muere en forma heroica, sino un antiimperialista que comenzó por demoler el más grande imperio de su tiempo, el hispanoamericano. De tal manera que este recurso a Bolívar no es casual; es una fuente de legitimidad y, sobre todo, no necesita explicación”.
Enrique Krauze cuenta que Chávez creyó que la historia latinoamericana es una Sagrada Escritura poblada por unos cuantos héroes que cumplen una misión trascendental para la cual están dotados de fuego divino: el Che Guevara y Fidel Castro. Y desde joven ha creído que la historia de su país ha sido la biografía de Bolívar. También (aunque infinitamente menos) la de Simón Rodríguez
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Simón Rodríguez. |
(Robinson), Ezequiel Zamora, Ribas, Sucre, Maisanta. (Nunca, por supuesto, la del general Páez en el siglo XIX o la de Rómulo Betancourt en el XX). Y a partir de su discurso de toma de posesión en 1999, una biografía más se inscribía en la Sagrada Escritura, la del propio Hugo Chávez. El comandante ha creído todo ello con una perseverancia y un fervor que acaso no tenga precedente en la historia política latinoamericana. No es su ideología,es su religión.
Chávez no pertenece al árbol de la genealogía marxista ni socialista sino a otro árbol que no ve la historia en términos de lucha de clases sociales o de masas sino de héroes que guían al pueblo, y supuestamente lo encarnan y redimen, el árbol del fascismo, dice Enrique Krauze.
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Teodoro Petkoff |
¿Chávez fue fascista? Teodoro Petkoff ha reflexionado sobre el tema. "Chávez no fue fascista, pero tiene elementos fascistoides. El culto al líder providencial, a la tradición y a la violencia; la manipulación de la historia para sus fines políticos, el desconocimiento de la legalidad y las formas republicanas en nombre de la voz popular, su presencia permanente y opresiva en los medios, el discurso brutal y agresivo contra el adversario, que eso sí es nazi y que proviene de Carl Schmitt, el teórico nazi para quien la ecuación fundamental de la política es amigo/enemigo. Y Chávez, para los enemigos ni pan ni agua.
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