Machado decía que “todo pasa y todo queda”. Es un doble juego. “Lo encuentras también con mucha frecuencia en Borges. Y efectivamente, esa es la condición humana. Todo eso viene de San Agustín, del pasaje de las Confesiones, en el que dice que no hay pasado ni futuro, sino que lo que hay es el presente de las cosas pasadas y el presente de las cosas futuras, que la realidad sólo existe en tres presentes. Lo que hay es el presente de las cosas pasadas y el presente de las cosas futuras, que la realidad sólo existe en tres presentes. El presente de las cosas pasadas, que es la memoria. El presente de las cosas en tiempo actual, que es la actualidad y el presente de las cosas futuras, que es el proyecto o la previsión. Claro que todo queda en nuestra memoria. El problema es cómo queda y uno no puede engañarse. O sea, las cosas quedan en la memoria siempre, de algún modo trastocadas, de algún modo recompuestas, de algún modo imaginadas”, dice el filósofo Gabriel Albiac.
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