Serge Abad Gallardo escribe en su libro Por qué dejé de ser masón que “el secreto masónico está ahí. Tienes en ti mismo la respuesta, tú eres la respuesta. El hombre debe ser su propio Dios para sí mismo. No necesita de nadie. Por su propia razón, por la experiencia simbólica, experimenta la divinidad de su ser. Estamos ante una vía embriagadora que puede producir la ilusión de la omnipotencia.”
Serge Abad Gallardo descubre cuando deja de ser masón que “ser salvado por Dios no es una alienación sino una revelación de nuestro ser más profundo. Es bonito que Cristo se revele a uno a través de un enfermo, de un agonizante. La verdadera dignidad humana, no la de ser autosuficiente, sino, bien al contrario, la de ser libre para aceptar la invitación y la amistad de Dios.”
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