“Mientras la riqueza haga a un hombre más respetable que la virtud, se perseguirá la primera antes que la última; y mientras se acaricien los cuerpos de las mujeres, cuando su sonrisa boba e infantil muestra ausencia de mente, ésta permanecerá en barbecho.
Sí, permítaseme decirle al libertino de la imaginación, cuando desprecia el entendimiento en la mujer, que la mente que ignora, que él desprecia, da vida al afecto entusiasta del que sólo puede fluir el breve éxtasis, breve como es. Y que, sin virtud, el apego sexual se extinguiría, como el sebo de una vela en el candelero, originando una repulsión intolerable. Para probarlo, sólo necesito observar que los hombres que han malgastado gran parte de sus vidas con mujeres con las que han perseguido el placer con entusiasta sed, albergan la opinión más miserable sobre el sexo”, escribe la filósofa Mary Wollstonecraft.
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