“La memoria del pasado será estéril si la utilizamos para erigir un muro infranqueable entre el mal y nosotros, si sólo nos identificamos con los héroes irreprochables y con las víctimas inocentes, y lanzamos a los agentes del mal fuera de las fronteras de la humanidad. Pero es lo que solemos hacer. También en la vida cotidiana olvidamos fácilmente el mal que causamos, pero recordamos mucho tiempo el que sufrimos. Y con razón, porque no sentimos los sufrimientos de los demás……La bestia inmunda no está fuera de nosotros, en un lugar lejano, sino dentro de nosotros. Concluida la Segunda Guerra Mundial, Romain Gary, que había luchado contra Alemania como aviador, llegó a esta conclusión: “Lo que hay de criminal en el alemán es el hombre”. Tiempo después añadía: “Se dice que lo que el nazismo tiene de horrible es su lado inhumano. Sí. Pero es preciso rendirse ante la evidencia de que ese lado inhumano forma parte de lo humano. Mientras no admitamos que la inhumanidad es algo humano seguiremos en la mentira piadosa”. La palabra humano no es sinónimo de generoso o misericordioso……Los propios Evangelios sugieren una interpretación prudente de la frase de la oración. Cristo pide a Dios no que libere a los hombres del mal de una vez por todas, sino que los guarde, que los proteja del mismo. Esto no quiere decir que deberíamos enfadarnos con nosotros mismos como individuos o como pueblo y recordar sólo las páginas negras de nuestro pasado, cubrirnos de reproches y condenarnos de por vida a la penitencia, a sacudir perpetuamente nuestra culpa. El mal no se identifica más con nosotros que con los demás, y también el bien es omnipresente, incluso trivial.”
Tzvetan Todorov |
“El buen uso de la memoria es el que sirve a una causa justa, no el que simplemente beneficia nuestros intereses. El pintor Zoran Music pasó el último año de la Segunda Guerra Mundial en el campo de Dachau. Al salir de esta fábrica de la muerte, se siente incapaz de representar lo que ha visto. Su experiencia es única y no la puede comunicar. Pero en los años cincuenta vuelven las guerras (la de Corea y la de Argelia), y con ellas las crueldades que los seres humanos saben infligir a otros seres humanos. En ese momento, sin duda diferente pero a la vez tan similar, Music crea una nueva serie de cuadros en los que aparecen los cadáveres del campo y que titulará “No somos los últimos”. “Creíamos que jamás podría volver a pasar algo parecido. Pero diez o quince años después volvíamos a ver lo mismo por todas partes”. Relacionar el pasado con el presente, que en absoluto implica trivializarlo, permitió que el pintor creara una obra conmovedora y al mismo tiempo verdadera y justa,” escribe Tzvetan Todorov (Sofia, 1939-París, 2017),considerado uno de los mayores intelectuales del último medio siglo.
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