Los perdedores y los triunfadores no se hacen de un día para otro. Los primeros lo consiguen tras muchos años de dejadez, abandono, desidia; los segundos, por el contrario, después de una lucha consigo mismos repleta de empuje, desvelos y repetidas obstinaciones, escribe Enrique Rojas.
El que tiene voluntad dispone de sí mismo, porque ha sabido vencerse con el tiempo, superarse.
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