Cayetana Álvarez de Toledo opina y acredita que en España el populismo es antiespañol. Busca la deconstrucción de España y la limitación de la libertad, la igualdad y la soberanía de los ciudadanos. En esto los populistas se revelan como lo que son, una regresión no ya respecto del régimen constitucional, sino del último franquismo. Son el nuevo búnker. Una feroz reacción……Los nacionalistas y Podemos necesitan presentar a la democracia española como una democracia tarada, tutelada desde sus orígenes por oscuras fuerzas reaccionarias. Por eso impugnan los tres pilares de la Transición: la amnistía, la monarquía y la Constitución……El líder de Podemos, Pablo Iglesias, la describió una vez como “un candado”. Otra falsedad. Entre otras cosas, la Constitución ha permitido que fuerzas rupturistas como la suya ocupen escaños en el Congreso de los Diputados y hayan gobernado en las principales ciudades de España, incluida Madrid.
Los populistas dicen que no la votaron los jóvenes. Tampoco votaron la americana (1787) ni la francesa (1958) ni la alemana (1949). Y hace poco rechazaron la oportunidad de reformar la italiana (1947). El ataque populista a la Constitución no tiene relación alguna con los derechos de los jóvenes ni con los derechos ciudadanos a secas. Es exactamente al revés. El populismo carga contra la Constitución porque es la garantía de la libertad, la igualdad y la soberanía de los españoles. La Constitución asegura el derecho de cada español a pensar, creer y sentir de forma idéntica o radicalmente diferente a la de cualquier compatriota. Garantiza la convivencia de los distintos, la paz civil. Funda un modelo, el autonómico, altamente descentralizado y sin embargo compatible con la unidad y la eficacia del Estado. Y, a diferencia de las constituciones fallidas del siglo XIX, fue fruto de un abrumador consenso parlamentario y ciudadano.
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